En relación CIRCULAR DE 3 DE SEPTIEMBRE DE 2020, DE LA VICECONSEJERÍA DE EDUCACIÓN Y DEPORTE, RELATIVA A MEDIDAS DE FLEXIBILIZACIÓN CURRICULAR Y ORGANIZATIVAS PARA EL CURSO ESCOLAR 2020/2021.
Docentes por la pública responde
La circular de la viceconsejería de educación relativas a la flexibilidad
curricular y medidas organizativas, plantea un maremágnum de medidas que
atendiendo a la falsa autonomía de los centros (estos no tienen potestad para
alquilar inmuebles ni contratar profesorado) que lejos de solucionar los
problemas de distanciamiento social en las aulas, introduce nuevas
incertidumbres a la comunidad educativa.
Las propuestas en primaria e
infantil en nada solucionan la reducción de la ratio en las aulas, el
escalonamiento en el inicio del curso insuficiente para la concreción de las
medidas de flexibilidad y estas son un caótico conjunto que van desde los
mismos alumnos y alumnas en el aula a organizarlas como si de una ESPA
(educación semipresencial de personas adultas) ofreciendo a todo el alumnado
una enseñanza por ámbitos (por ejemplo no habría dos tipos de matemáticas sino
que estas se encuadrarían en la asignatura ámbito científico técnico, junto con
tecnología, Biología y Geología y Física y Química).
Por tanto, nuestro propósito no
puede ser otro que continuar con la convocatoria de la huelga indefinida, ante
la dejadez y la no implicación de la consejería en resolver el problema
fundamental que es el distanciamiento en nuestras aulas para evitar los
contagios. Esperamos que el seguimiento por parte de l@s compañer@s permita que
la consejería retome el camino correcto para hacer de nuestras aulas, aulas
seguras.
Por ello, la importancia de la asamblea
virtual de mañana día 5 de septiembre, en la que se tratarán todos estos puntos,
y a la que cerca de un centenar de compañer@s han mostrado su interés en
participar, y animamos a que, a lo largo del día de hoy, se sumen much@s más.
Enlace para asistir a la Asamblea Virtual
COMUNICADO DE DxP
Hace poco que las declaraciones de Ayuso levantaron mucho estupor, porque advertía que la mayoría de los niños se contagiarán. En el fondo no son más que el pensar general que tenemos la mayoría. La mala situación económica y la baja mortalidad actual nos hace pensar que es un escenario factible, quizás el más soportable dentro del panorama que tenemos.
Sin embargo, ya nada nos
garantiza que vayamos a conseguir una inmunidad de rebaño con éxito. Para
empezar, tenemos muchos meses de frío por delante, donde parece que el virus
encuentra su zona de confort. Y en el punto de partida que nos encontramos, el
virus está presente en todos los rincones de nuestra geografía, sin excepción.
Ahora sabemos más, llevamos
mascarilla, nos distanciamos, evitamos lugares cerrados, etc. Hemos llevado al
límite las restricciones para poder conjugar una economía sostenible con un
mínimo de seguridad y, aún así, siguen creciendo los contagios. Se han
publicado cifras en prensa (20% de ocupación de UCIs, con un incremento del 43%
en 9 días, a 30 de agosto) que auguran un colapso hospitalario a mediados de
octubre.
A la vez, nos encontramos con la necesidad de abrir los colegios para que muchas familias puedan conciliar su vida laboral, sin obviar las necesidades educativas. Pero mientras no encontremos las fórmulas que frenen los contagios, la apertura de los colegios solo supone un riesgo para esos puestos de trabajo y para el desarrollo de la misma labor docente, ya que seguimos sin regular la enseñanza telemática
Nos consuelan con estudios que
demuestran que los niños contagian menos, que enferman menos, pero obvian que
son mayoritariamente asintomáticos. Puede que los primeros contagios que se
ocasionen en los colegios se manifiesten en padres, que nunca podrán demostrar
que el foco provenía del colegio. Ni siquiera los profesores podrán hacerlo.
Cuando se cierre un colegio porque 3 o 4 niños hayan sido diagnosticados, puede
que el brote ya afecte a cientos de personas.
Tampoco conocemos si existe algún
criterio para la apertura. Tenemos muchos territorios en la actualidad en fase
2, y no sabemos si las autoridades sanitarias tienen algún plan para autorizar
la apertura de centros en zonas de riesgo. No queremos ni pensar que el plan
sea habilitar barracones-UCI para aliviar la presión hospitalaria.
Otro asunto del que se ha escrito
muy poco, y que tenemos muy asumido, es la necesidad de “proteger” a los
ancianos, que se traduce en que tengan que soportar otros ocho meses de
aislamiento y soledad. Las consecuencias de los dos meses primaverales ya las
conocemos; un deterioro físico y mental importante. Muchas familias no están
dispuestas a “ver” apagarse a sus padres en la distancia, como si fuese un acto
de responsabilidad irremediable.
Es por ello que, desde Docentes
por la Pública, nos hemos visto obligados a convocar una huelga indefinida en Andalucía,
reivindicando tres puntos imprescindibles:
1. Derecho de los padres a
escoger una enseñanza telemática regulada, porque todas las personas tienen su
derecho a esperarse a la vacuna sin asumir riesgos innecesarios ni a soportar
aislamientos sociales (abuelos)
2. Acabar con la brecha digital,
y dejar de usarla como excusa para negar una educación de calidad a la inmensa
mayoría de este país.
3. Y lo más importante, que se
garantice la máxima seguridad a aquellas familias que quieren y necesitan una
enseñanza presencial, dotando los centros de los medios que se estimen
necesarios, acorde a la situación epidemiológica que afecte a su alumnado.
Somos muy conscientes del daño
que puede ocasionar a miles familias, por lo que hemos establecido contactos con
todas las Ampas, con el deseo de que comprendan que nuestras reivindicaciones
no son corporativas, sino sociales y sanitarias, buscando su apoyo y
comprensión a nuestro sacrificio, animándolas a acompañarnos en esta lucha ya
que requiere una solución inmediata.
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