F.P.

martes, 22 de noviembre de 2016

Manifiesto y cartel de la huelga de estudiantes del día 24 de Noviembre



           El inicio de curso ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de movilizarse por la defensa de una educación pública y de calidad que, en la actualidad, sigue padeciendo las políticas de los gobiernos de turno ya sean éstos del PP, a nivel central, o del PSOE, a nivel autonómico. 

        La política llevada a cabo tanto por el gobierno de Mariano Rajoy como por el gobierno de Susana Díaz ha sido en todo momento de recortar los servicios públicos y de favorecer la educación concertada. 

       Son ya muchos despidos: nos faltan 7000 docentes entre todos los niveles educativos (Secundaria, FP, Infantil y Primaria), eliminados curso a curso desde 2012. Todos esos despidos se podían haber evitado si no se hubiese recortado en educación. El R.D. 14/2012 supuso la aplicación de drásticos recortes en Educación, que no era más que concretar el infame acuerdo del PP y el PSOE en verano de 2011 para reformar el artículo 135 de la Constitución: rescatar a la banca antes que pagar servicios públicos o sostener derechos sociales para la gente, abandonándola en el peor momento de una crisis que ya dura demasiado. 

           Este es el origen de todos los tijeretazos que desde entonces venimos sufriendo: de la pérdida de puestos docentes en Andalucía, de la reducción de presupuestos para el funcionamiento de los centros educativos, de la pérdida de plazas públicas en Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato, favoreciendo el mantenimiento de unidades en la concertada, dentro de la lógica mercantilista y privatizadora; de la manera en que se gestiona la cobertura de bajas en el profesorado, que se ceda a empresas privadas servicios complementarios como intérpretes de Lengua de signos española, comedores y extraescolares a la baja aunque ello sea a costa de empeorar su calidad o quitando un medio de vida local a familias que lo necesitan; que los apoyos al alumnado con necesidades educativas especiales se vean reducidos, que suba la ratio al haber menos profesorado o que planes como el bilingüismo o las TIC queden a la voluntariedad del profesorado, asumiendo una responsabilidad y compromiso que la administración le niega.

         Este verano la movilización se ha reactivado en Andalucía por un despido de unos 1000 interin@s de primaria. Tuvimos la capacidad de reacción suficiente para convocar el 3 de Septiembre una de las manifestaciones en defensa de lo público más numerosa de los últimos años. Esa ola verde merece la pena alimentarla con nuevas movilizaciones que sigan en la línea de construir una educación pública de calidad y universal.

           Toda la comunidad educativa sabe bien que a día de hoy no sobran docentes para atender a sus hijos/as de la misma forma que no sobran médicos y enfermeros. Todo lo contrario. La falta de profesorado en la pública daña la educación de nuestro alumnado. En la práctica, disminuir el número de profesores/as por centro conlleva aumentar el número de alumnos y alumnas por clase. La no sustitución inmediata del profesorado de baja conlleva que cursos enteros pierdan numerosas horas de clase al año. Menos calidad educativa, más precariedad en el trabajo docente. Incluso la gratuidad de los libros en la ESO se está viendo en peligro. 

         Es ya mucho el alumnado que no tiene acceso a libros de texto en nuestros institutos. Son recortes en presupuesto de los centros que no pueden pagar facturas, en la privatización de los comedores escolares, en la no cobertura de vacantes de infantil, … Toda esta política favorece claramente la educación concertada ya que sólo devaluando la escuela pública, la escuela concertada puede sobrevivir. En el caso de tener una escuela pública verdaderamente de calidad no hay negocio para la concertada. Lo que está en juego a medio plazo es por tanto la propia Educación Pública como tal.

        No queremos una serie de leyes educativas que sólo busquen adecuar la enseñanza a los intereses económicos de las grandes multinacionales que se sirven de quienes legislan, en lugar de dotar a nuestros hijos/as y estudiantes de una formación integral y emancipatoria, con una educación universal, laica y gratuita. En una sociedad en crisis, en la que la cifras de paro son cada vez más importantes y el tipo de trabajo para nuestros jóvenes es cada vez más precario, de qué sirve gastar dinero en educación. Según los que nos gobiernan, nuestra sociedad no necesita a jóvenes muy formados para acabar en el paro, sino más bien una mano de obra barata cuyo nivel de formación se adecue al trabajo precario existente. Esa es la lógica del todas las últimas reformas universitarias y de educación en general.


        Desde la Huelga educativa el 26O seguimos viendo brindis al Sol sobre un supuesto pacto educativo, pero ¿Qué tipo de pacto? ¿Dirigido y orquestado por los mismos que llevan 35 años dando volantazos a ley educativa nueva cada 5 años? ¿Pacto para seguir en los mismo unos cuantos años más y que la comunidad educativa calle?

         Desde que empezó el curso y desde que la legislatura salió adelante nos hablan de paralizar la LOMCE, de las revalidas...un día el parlamento vota una cosa, al siguiente el ministro desdice. El caso es seguir mareando la perdiz, desmovilizar y que los tiempos los marquen las administraciones con el fin de que todo cambie para que nada lo haga.

         Por todo ello, pensamos que sobran motivos para que el conjunto de la comunidad educativa retome la movilización y desde luego sobran motivos para apoyar la Huelga y movilización del sector estudiantil que en este caso el 24 de Noviembre vuelven a las calles


Porque la EDUCACIÓN es un DERECHO. ESCUELA PÚBLICA DE TOD@S Y PARA TOD@S





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